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Montaje ayuda a niños y adultos a crear conciencia sobre la problemática de la basura Sustentabilidad

Montaje ayuda a niños y adultos a crear conciencia sobre la problemática de la basura

La obra de percusión urbana “Chau: Adiós chatarra electrónica”, a cargo de la compañía Los Fi, enseña la ley de las “Tres R: Reduce, Reutiliza y Recicla” con entretenida presentación que trata este tema a través de música hecha con el cuerpo y objetos de la vida cotidiana.


Ya se acercan las vacaciones de invierno y son muchos los niños que comenzarán a disfrutar de su tiempo libre y a buscar panoramas para aprovechar sus días de descanso. Y qué mejor que entretenerse aprendiendo y creando consciencia sobre un problema a nivel mundial: La basura.

En este contexto,  la compañía chilena Los Fi, la primera dedicada a investigar y trabajar el lenguaje escénico de la percusión urbana, presenta “Chau: Adiós chatarra electrónica”, que busca crear conciencia sobre cómo la economía lineal nos deja un mundo sucio.

Josep Ramió, director del montaje, explica que “cada producto que uno compra viene de un lugar y la idea es que en algún momento yo me haga cargo de lo que va a pasar con ese producto. Esto busca que la gente se de cuenta lo que bota,  se va a un relleno sanitario o a una quema”.

Con esta inquietud, Los Fi decidieron realizar un montaje relacionado con la basura electrónica y cómo hacer que la gente tenga conciencia sobre esta problemática. “La obra, más que hablar del reciclaje, habla del sistema de economía lineal, que es este extraer materias primas,  producir objetos, distribuirlos alrededor del  mundo, consumirlos y botarlos”, explica Ramió.

Además de  percusión con objetos, “Chau: Adiós chatarra electrónica” suma las canciones interpretadas por los actores en escena, con el fin de entregar el mensaje directamente, más allá de una metáfora. “La obra está pensada para la familia, porque los adultos todavía tenemos cosas por hacer, pero los que van a lograr hacer este cambio son  los niños”, añade el director.

La obra busca plantear la “Ley de las tres R”: reducir el consumo,  reutilizar lo máximo posible  y reciclar. Está dividida en 17 cuadros-canciones, con una línea dramatúrgica que explica la problemática y las canciones están hechas con distintos objetos como cajas, plumavit, plástico, partes de celulares, etc.

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