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Carolina Pérez: «Jamás me ha llevado un taxista, ya ni me acuerdo cuándo fue la última vez» Inclusión

Carolina Pérez: «Jamás me ha llevado un taxista, ya ni me acuerdo cuándo fue la última vez»

A 13 años de un accidente que la dejó tetrapléjica, Carolina se ha convertido en un referente de inclusión. Logró salir adelante gracias a un duro trabajo de rehabilitación y hoy es profesora de la Universidad de Chile, embajadora de turismo accesible y tiene un programa de radio llamado Saliendo a Flote, donde trata temas de discapacidad, adultos mayores, pueblos originarios y diversidad sexual.


Hace 13 años Carolina Pérez era acupunturista, masajista, practicaba artes marciales, estudiaba y hacía natación. Hasta que sufrió una lesión en la médula que la dejó tetrapléjica y la obligó a reformular su vida.

Hoy, con 37 años, Carolina es una mujer independiente y no poder caminar no le ha impedido hacer un Diplomado en Nutrición y Dietética, estudiar Neurociencias para la educación, convertirse en embajadora de turismo inclusivo, dar charlas motivacionales, hacer clases en la Universidad de Chile, ser la primera persona con discapacidad en visitar la Antártica y crear y conducir el programa de radio «Saliendo a Flote», donde se discuten temas de inclusión.

Pero todo lo que ha logrado Carolina no llegó de un día para otro, sino que tras años de esfuerzo y la convicción y ganas de salir adelante. “Fue un momento que cambió totalmente mi vida para bien. Necesitaba hacer un alto en mi vida porque la estaba llevando de manera muy autodestructiva”, cuenta a El Mostrador.

Carolina junto a Berry, su perro de asistencia.

“Nunca me planteé la vida de una manera distinta, siempre la quise continuar. La tomé como una cosa más que tenía que aprender dentro de muchísimas”, dice sobre su accidente.

Estuvo durante un año y medio yendo a rehabilitación de lunes a sábado, lo que asegura es una de las claves para salir adelante. “No me permití ni siquiera una lágrima. Todas las pataletas, la pena y el luto lo permití fuera del horario de rehabilitación. Pero yo jamás falté a una kinesiología o a una terapia ocupacional. Nunca me lo permití», explica.

Hoy Carolina puede mover sus brazos a pesar del devastador diagnóstico de un principio en que le dijeron que no tendría movilidad del cuello hacia abajo. Según ella, esto se lo debe totalmente a su rehabilitación y pide que ojalá todos pudieran tener la misma oportunidad que ella. “Soy afortunada de ser de las pocas personas en este país que ha podido tener una rehabilitación digna”.

Después, llegó el proceso de la inclusión laboral, que Carolina decidió empezar por cuenta propia. “Comencé a vender de todo: quesos, aceitunas, pan de pascua, todo lo que tenía a mano lo vendía”, cuenta. “Laboralmente me incluí sola. Nunca esperé que llegara algo o alguien que me dijera ‘te voy a dar trabajo por esto’. Empecé sola y luego se tejió otra historia”.

Transporte no-accesible

Carolina se mueve por Santiago en transporte público y asegura que es de las pocas personas que aplauden el Transantiago gracias a la mejora que significaron los nuevos buses en comparación a los anteriores: «A las micros amarillas era imposible subir».

Pero a pesar de eso cree que aún faltan muchas cosas por mejorar y que además se necesita un cambio cultural. «Todos nos hemos hecho cargo de que hoy sea un transporte en que no funcionan los cinturones, no se respetan los espacios preferenciales y el metro no se encarga de que el ascensor siempre esté disponible», explica.

Incluso, en 2016 Carolina interpuso una demanda civil a Metro por discriminación, luego de que pidiera ayuda a una funcionaria porque un acceso para personas en situación de discapacidad estaba bloqueado, a lo que la mujer le respondió «ningún inválido ingresa gratis». Según ella, la falta de fiscalización por parte del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones es evidente e incluso buses del Transantiago se niegan a llevar a personas en situación de discapacidad.

 

 

Respecto de los taxis, Carolina es más crítica aún: «Los taxistas de techo amarillo son un caso porque no llevan la silla de ruedas. Yo que tengo perro de asistencia menos (…)  Jamás me ha llevado un taxista, ya ni me acuerdo cuando fue la última vez».

«Estas plataformas como Uber y Cabify las aplaudo. Tienen una plataforma exclusiva para personas con discapacidad y cuando no está disponible y pido un Uber convencional, nunca, nunca, nunca, de las veces que me he transportado, jamás me han hecho un problema por mi perro de asistencia», agrega Carolina.

Saliendo a Flote

Hace ocho años dio su primera charla motivacional en la Universidad de Chile frente a cerca de 650 personas de la Facultad de Medicina. “Estaba aterrada. Pero también estaba feliz por la oportunidad y lo aproveché. En ese momento hablando de inclusión y de discapacidad como eran personas dedicadas a la medicina era enfocada específicamente en la rehabilitación. Ahí me ofrecieron quedarme a hacer clases”. Este ya es su octavo año en la facultad.

En sus clases y gracias a sus estudiantes se dio cuenta de que en Chile existe una pobreza cultural, social y de información en relación a la inclusión, y decidió hacer algo al respecto.  Se acercó a la radio de la Universidad de Chile para hablar con el director Juan Pablo Cárdenas y le propuso hacer un programa de inclusión. Cárdenas le dijo que era complicado, debido a que Carolina no es periodista. Pero ella insistió: «Le dije déjame hacer un solo programa. Me dejó hacer un programa piloto y ese programa quedó y fue el primero que salió al aire”.

Carolina Pérez conduciendo «Saliendo a Flote».

El 7 de julio su programa cumple cuatro años al aire y se ha convertido en una plataforma de enseñanza, educación, inclusión y no discriminación. En él, Carolina no solo trata temas de discapacidad, sino que también de pueblos originarios, comunidad migrante, adultos mayores y diversidad sexual. «Me di cuenta que estaba siendo muy poco inclusiva al hablar solo de discapacidad, entendiendo la palabra inclusión como un todo. Hicimos un giro cuando celebramos los tres años y decidimos que nos íbamos a dedicar a los grupos altamente discriminados en el país».

«Siendo mujer, persona en situación de discapacidad, homosexual y con polola migrante, ha sido una realidad que he tomado desde la absoluta normalidad (…) Tuve que abrir ese paraguas para ser un medio de comunicación que toquemos el tema de la inclusión como se debe y que de una vez por todas se normalice en este país lo que es normal en temas sociales», explica.

Turismo accesible

Carolina también es embajadora de turismo accesible e incluso se convirtió en la primera persona con discapacidad en viajar a la Antártica: «Fue un premio por el trabajo que he realizado en torno al turismo accesible. Creo que no tengo vocabulario para expresar todavía lo que significó ese viaje. Lloré mucho por aterrizar en un lugar en que pocas personas han aterrizado, y por conocer a científicos maravillosos», cuenta.

«Llegar en silla de ruedas fue algo inhóspito y bello, porque muchas veces pensé que había lugares a los que no podía llegar», agrega Carolina.

Carolina durante su viaje a la Antártica.

Respecto del turismo accesible en Chile, cree que para avanzar es necesario involucrar a todos los actores y visibilizar las iniciativas que ya existen. «Sernatur invierte muchísima plata en eso, pero para mí lo importante es que participen las personas con discapacidad. Esto de reclamar subiendo fotos a Facebook y Twitter es muy fácil. El reclamo ha sido un asiento muy cómodo desde la vitrina social», dice.

Para Carolina es importante que las mismas personas que se ven afectadas participen en mesas de diálogo para avanzar desde ahí. «Creo que las personas con discapacidad en ese espacio no han sido muy activas y debería haber una participación mucho más potente de parte de ellas. Hay algunos que si participan por supuesto pero son los menos».

«Estamos esperando que el estado se haga cargo de muchos casos y nosotros somos el Estado también. Somos todos no un gobierno en especifico y todos somos responsables de los movimientos y los cambios sociales que pasan en el país», agrega.

 

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