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Inclusión laboral: la importancia de trabajar para quienes tienen discapacidad Inclusión

Inclusión laboral: la importancia de trabajar para quienes tienen discapacidad

La discapacidad cognitiva es una de las que menos se habla al momento de hablar de la ley de inclusión laboral. Dos trabajadores en esta situación nos contaron su historia.


El pasado 1 de abril entró en vigencia la Ley de Inclusión Laboral para personas con discapacidad, lo que significa que al menos el 1 por ciento de los empleados de empresas públicas y privadas que cuenten con más de 100 trabajadores, deben tener una discapacidad, ya sea física o mental.

Sin embargo, son varias las instituciones sociales que han planteado el tema de la inclusión laboral hace años. Fundación Descúbreme ha impulsado la inclusión integral de personas con discapacidad cognitiva, un trastorno intelectual que se manifiesta en déficits en aspectos como razonamiento, solución de problemas, planificación, pensamiento abstracto, toma de decisiones, aprendizaje académico y a través de la propia experiencia, según la definición de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”.

Algunas condiciones que presentan discapacidad cognitiva asociada son disfasia, síndrome de Down, síndrome X Frágil, entre otras. En ocasiones, personas con Trastorno del espectro autista, pueden presentar también discapacidad cognitiva.

Las consecuencias de esta discapacidad son varias como la falta de oportunidades, al no cumplir con los estándares sociales y culturales para la independencia personal y la responsabilidad social. Sin embargo, la experiencia muestra que personas con discapacidad cognitiva pueden ser excelentes trabajadores si encuentran el lugar donde sí puedan desarrollar sus capacidades.

Mauro García es operario de producción Vulvo. Su retraso mental leve le permite hacer distintas actividades aunque no le permite leer. Por eso encontrar un trabajo adecuado fue muy importante para él. «Mi trabajo consiste en  armar cajas para embalar productos mecánicos. Embalo cajas con cosas muy pequeñas hasta piezas más grandes. También tengo que sellar, pesar y etiquetar estas cajas y así quedan listas para despachar», cuenta.

Para Mauro, no hay diferencias con los otros trabajadores. «Me han recibido muy bien, la empresa y mis compañeros. No hacen diferencia conmigo, de hecho estoy en el sindicato de trabajadores y también formo parte de un equipo de fútbol con mis compañeros», dice.

Sin embargo, a veces son sus propios compañeros los que han hecho la diferencia, aunque luego han eliminado las diferencias. «Un día jugando fútbol mis compañeros se picaron y yo me metí a separarlos pero me terminaron retando porque soy menor que ellos, pero después que pasó todo, terminamos felices en un asado y entendieron que me metí porque no me gustan  las peleas», relata.

Catalina Salinas es auxiliar de Bodega de SMU y tiene discapacidad intelectual leve. Llega a las 6:30 hrs de la mañana y después de marcar tarjeta y tomar desayuno, se pone su uniforme y comienza a clasificar la mercaderia buena de la mala, marcar los códigos, registrar las cajas.

Al final del día limpia su área y entrega un informe diario del trabajo realizado a su supervisor. Para ella, ha sido una buena experiencia. «Me he sentido como una integrante más de la empresa, soy tratada con mucho cariño, preocupación, responsabilidad hacia mi persona haciendome sentir muy querida», sostiene.

Uno de los mayores logros para estos trabajadores es la independencia que les da recibir un sueldo.

«Para mí es súper importante poder trabajar porque puedo ser independiente, así yo manejo mi propia plata y me he podido comprar una bici-moto que quería hace mucho, y en ella me voy a trabajar todos los días», cuenta Mauro.

«También como mi mamá trabaja pero poquito, yo con este sueldo puedo aportar en la casa y me siento feliz», agrega.

«Ha sido de suma importancia el haberme convertido en una persona completamente independiente y responsable. He tenido que tomar decisiones, tomar la iniciativa dentro de mi área asumiendo felizmente mis obligaciones cooperando en general con mis compañeros», dice por su parte Catalina.

Por eso ve el futuro con optimismo.

«Espero seguir trabajando y creciendo. Este es mi primer trabajo real. Hace poco me dieron un bono y cuando cumpla dos años en la empresa me toca otro, eso me motiva mucho. Además nunca falto y por eso me dan otro bono, así que estoy feliz», señala Mauro.

Y agrega: «No me quiero ir de esta empresa porque me siento super cómodo y acá he crecido bastante».

Catalina también está contenta. «Agradezco la oportunidad que se nos ha brindado como un trabajador más esperando que sigan incluyendo a muchas personas para su desarrollo personal en esta sociedad. Personalmente agradecida de esta oportunidad  de desarrollarme como persona y feliz de recibir mi propio sueldo», asegura.

 

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