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Fundación Reforestemos y el cambio en la conciencia sobre el cuidado del ecosistema Sustentabilidad

Fundación Reforestemos y el cambio en la conciencia sobre el cuidado del ecosistema

Reforestemos nació tras el gran incendio en el Parque Nacional Torres del Paine en 2011 y hasta la fecha han plantado más de 350.000 árboles en la Patagonia. Hoy se encuentran en las regiones del Maule y de O’Higgins en el proceso de reforestación tras los grandes incendios que afectaron al país a principios de este año.


Más de 7.600 hectáreas de área silvestre protegida se convirtieron en cenizas.  Así ocurrió en 2011, año que quedó marcado en la retina de los chilenos, tras la irresponsabilidad de un turista que dejó al Parque Nacional Torres del Paine como el protagonista de uno de los mayores desastres ecológicos del país. Así se mantuvo hasta este 2017, cuando una ola de masivos incendios azoto al centro y sur del país. Tras este desastre, que destruyó los ecosistemas de al menos dos regiones – Maule y  O’Higgins -, la Fundación Reforestemos se propuso reconstruir lo que el fuego se llevó, tal cual como lo hicieron en Aysén hace cinco años. 

Para Suzanne Wylie, directora ejecutiva de la fundación, el gran desafío es poder mantener el interés en sus objetivos. “Cuando la emergencia está viva y el incendio todavía no se apaga, ahí es el momento preciso en el que uno tiene que movilizar a la gente porque hay sensibilidad al respecto, el problema es después de un año cuando la emergencia pasa y la gente tiende a olvidarse”, reflexiona Wylie.

Sin embargo, para ella el cambio de mentalidad de las nuevas generaciones propone un cambio significativo en el cuidado del medio ambiente.  «No somos el país con mayor conciencia del mundo, pero por lo menos se ha generado un montón de fundaciones, instituciones que están levantando el tema y eso es lo importante. Por otro lado, hay fundaciones como esta que te demuestra de forma concreta que se puede hacer algo, generar cosas concretas que se vean y que tengan un resultado, y que demuestran que al final se puede trabajar de forma constructiva a partir de actividades tan relevantes como esta», comenta la directora.

Coihues, Lengas y Ñirres son parte de los árboles plantados por el equipo y los voluntarios que colaboran con la fundación. Existen dos formatos para plantar. Por un lado, existe la plantación masiva, donde cuatro expertos forestales se dedican a plantar 30 mil árboles en un periodo de 15 días.  Y por otro lado, esta el voluntariado, que no solo busca reforestar sino crear una conciencia medioambiental. «Nuestro trabajo forestal involucra plantar el árbol nativo, ponerle un protector y hacer un monitoreo por lo menos una vez al año. Y durante los primeros 5 años tenemos el compromiso de ir una vez al año y monitorear todos los terrenos que hemos plantado, con eso se va evaluando la tasa de sobrevivencia de las plantaciones y se hacen proyectos de reparaciones o de replante, o lo que se necesite. Hemos tenido resultados muy positivos, pensando que la reforestación nativa es un tema bastante nuevo en el país, diez años atrás esto no se hablaba de árboles nativos o de plantas, o de metodologías, ni de su real beneficio», comenta Wylie.

Actualmente, están enfocados en la campaña de reforestación de las regiones del Maule y O’Higgins, sectores que se vieron afectados por los incendios de enero de 2017.  Cuentan con el patrocinio del Ministerio de Medio Ambiente y se pretenden plantar alrededor de 500 mil árboles nativos en la zona. «Hoy día hay un problema importante de reaccionar y de plantar en esta zona, por un tema de que no hay disponibilidad de plantas nativas. Obviamente había que buscar una manera de darle una forma y de echarle para adelante. Ha sido un tema de locos en términos de timing», dice Wylie.

A la fecha, la institución  ha plantado más de 350.000 árboles solo en la Patagonia, el cual  es su foco principal. Reforestemos se destaca por ser un trabajo de todos, involucra a organismo públicos y privados, como también, a la sociedad civil. Para colaborar con la reforestación solo se debe ingresar a www.reforestemos.cl y comprar un árbol, que tiene un valor de 3.000 pesos, y por el cual obtendrán un certificado de reforestación nativa en su correo electrónico. Además, la fundación permite -a través de Google Earth-saber el destino final de su aporte. «Se armó una cosa súper simpática con la gente, porque les gustó mucho esta idea de saber dónde va a estar tu árbol», señala Wylie.

Pero el desafío continua y para Wylie  se tienen todas las oportunidades para generar un real cambio en el cuidado del medio ambiente, en un país que tiene una variedad infinita en ecosistema, sobretodo en el sur del país. Aun así, Wylie comenta que existen debilidades y que están nos limitan a la hora de aprender como país.  «Nos falta como país entender que hay que invertir en esto. Eso todavía no está tan inspirado, no hay tanta intención tanto del mundo público como privado. Se podría cambiar el uso de algunos suelos, o aumentar el número de parques naturales y de quienes los administran, ahí tenemos un montón por hacer», comenta.

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